Texto Patricia Drück
Jutta Immenkötter “Sota el cel”
del 25 de març al 29 de maig de 2010
a la galeria esther montoriol

“Sota el cel”, título de la última exposición de Jutta Immenkötter, permite una mirada intensa a la creación actual de la artista. Objetos textiles entran en un sutil diálogo con la sintaxis de los dibujos sobre papel. Cada dibujo, cada escultura se sitúa en un lugar especial en la constelación del espacio, de forma que la mirada del observador puede vagar libremente entre cuadros y objetos, formando nexos.

La obra de Jutta Immenkötter se nutre de observar y hacer suyo el mundo cotidiano inmediato. Así, su atención se centra en detalles o fragmentos. En los dibujos y en los objetos, Immenkötter reduce el mundo que le rodea y lo condensa en formaciones abstractas. Éstas, libres de nexos con los objetos que representan, remiten sin embargo de nuevo a significados concretos que, no obstante, son capaces de adquirir una vida propia casi surreal.

Las esculturas parten de objetos cotidianos modificados en proporción y en material y compuestos en el espacio. Gracias al material utilizado – tejidos brillantes de superficie colorida y tonos cambiantes- los objetos textiles adquieren una estructura estética propia. De este modo, formas extraídas de objetos de uso cotidiano como muebles, o formas que recuerdan gotas o péndulos, colgadas de la pared, parecen de repente inestables y vaciadas de sentido debido a su blanda materialidad. El tejido transforma lo elemental, forma y función, en objetos

sorprendentemente sugestivos: lo cotidiano parece ajeno y sólo se reconoce en parte por sus características formales externas, como si de un recuerdo lejano se tratara. De este modo se ponen en entredicho, en su trivialidad, las cualidades y el significado de los objetos del preestructurado mundo cotidiano. Esta transformación de los objetos revela nuevas facetas y muestra las cosas como algo surreal, oculto en su estructura.

Esta oscilación entre lo simbólico y la abstracción, estilización e interpretación abierta, también puede observarse en los dibujos, donde Immenkötter trabaja con creatividad y energía. Mientras la mayoría de trabajos no tiene título, hay un grupo de dibujos nuevos titulados “Alice”, en alusión al libro de la escritora Judith Hermann, donde la protagonista se enfrenta a la muerte y a las pertenencias que los fallecidos dejan tras de si.

El acto de dibujar significa, en general, pisar un terreno nuevo, explorar un espacio, trabajar con la limitación del papel y contra el formato. Con gouache, tiza de cera, tinta china, rotulador o lápiz de color trabaja los diferentes formatos y se adentra en la búsqueda de formas. Así mismo presta atención, una y otra vez, al cuerpo, a sus posturas o sensaciones o a sus representaciones, las ropas que como envoltorio hablan de él. Líneas trazadas a mano que recorren el papel vertical, horizontal y diagonalmente extienden tejidos frágiles de líneas e intersticios o producen construcciones formales, tanto angulares como curvas. Campos energéticos de líneas en tensión se expanden dinámicamente hacia los márgenes del folio, se acaban en los límites del papel y preservan las huellas de su origen. Intervienen también elementos pictóricos; sobre todo a través de la materialidad de los colores que mantienen una correspondencia con la superficie de los objetos.

El acto de dibujar es un medio para transponer el espacio y el tiempo en una estructura, para modelarla y hacerla visible. También en los trabajos escultóricos se trata de crear espacio, sobre todo en la conciencia del observador. Los trabajos unen este interés en una nueva definición de la forma y su transformación en el espacio cotidiano. Jutta Immenkötter traduce el mundo que nos rodea a un idioma visual y estético propio que sondea en las condiciones fundamentales de los orígenes del arte.

Patricia Drück
(Traducción del alemán de Jelena Popovic Popovic).

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